Como polizones, como extraños y arriesgados nómadas, cada poeta, cada ser, tiene que osar a lo abierto en muchas ocasiones atravesando la noche escondido.
la poesía del buccaner Antonio Cordero es la escritura desde el afán libertario de una navegación sin amo. Así, cada poema, cada propuesta, cada viaje se tensa entre lo posible y lo deseable. En este libro los textos dialogan con las fotografías de Beatriz Ruibal, ensanchándose sentido y posibilidad.
«En el hangar cromado», Varasek ediciones, 2013, el prologuista y poeta Benito del Pliego argulle: «Desde Antonio Cordero hablan Rimbaud y Celine y Conrad, y además alguine (o algo) más a lo que es difícil nominar: el lenguaje se las arregla para viajar hasta el muelle de quien escribe».
Sin duda, la hospitalidad de esta poética dice mucho y bien de los errabundos y de los insurrectos, y acoge a todo lector que con decisión y paciencia se empeñe en emanciparse de los presidios y de las jaulas de oro, y anteponga la vida a los interéses irracionales del poseer sin medida y el ser poseído por las ambiciones vanas de un mundo caduco y mercenario.
Libertad bajo palabra, dijo en un tiempo mítico Octavio Paz, cuando aún era verdad que un hombre es dueño de sus palabras.
Antonio Cordero, el poeta, el buccaner, el amigo, el extranjero, lo es.
¿poemas o trochas? Sueños que son lo real y lo realizable y lo imbatible. Poesía.